MONSEÑOR
JACINTO VERA Y LA MASONERÍA
PREÁMBULO
CITAS
DE JACINTO VERA
Nuestra
introducción del 2019
En estos tiempos
contemporáneos al año 2019 que, transcurre, muchos católicos uruguayos
–clérigos y laicos- opinan o insinúan que, Jacinto Vera fue un santo en su vida
personal pero que en sus escritos hay que relativizar sus sentencias porque él
se enfrentó a las Nuevas Ideas que, no supo “comprender” del todo y asumirlas
como un aporte a la construcción de la dignidad del hombre y su construcción de
una sociedad pluralista como la actual. Opinan así, como si las Ideas de la
Revolución Anticatólica no hubieran tenido un desarrollo homogéneo en su
insanidad desde la Revolución luterana de 1517 en adelante hasta llegar - en la
mitad del siglo XX - a las Revoluciones estatólatras nacional-socialista (1) y
del segundo fascimo (2) como reacciones perversas frente a las Revoluciones
masónico-liberales norteamericana y francesa -de fines del siglo XVIII-, y
frente a la Revolución comunista de inicios del siglo XX; y no hubieran tenido
que tener una reacción saludable, contradictoria y anatemizadora de la Iglesia
Docente como la tuvo desde el Concilio de Trento (1545-1563), desde el
Magisterio Ordinario Universal y Constante de la Iglesia hasta el funesto, (3) neomodernista, liberal, inmanentista,
falso-ecumenista y filo-apóstata Concilio Vaticano II (1962-1965) –pasando por
el Concilio Vaticano I (1869-1870)-.
Nosotros pensamos que,
los escritos de Jacinto Vera, son fieles a la Tradición de la Iglesia, al
Depósito de la Fe y a su des-arrollo homogéneo y sano y que él comprendió muy
bien las Nuevas Ideas y que por eso mismo muy bien las supo rechazar y condenar
con el acervo (4) de “la sana doctrina”
católica, dejando muy en pie y en alto las verdades infalibles de los dogmas
sacrosantos y sus consecuencias pastorales. Por eso vamos a desgranar, de entre
esos escritos, algunas citas que reivindiquen su santa figura también en el
plano doctrinal católico, contrarrevolucionario y sostenedor de la Fe, de la
Esperanza y de la Caridad, “en el mismo
sentido y en la misma sentencia” que tuvieron en la Era Apostólica,
Patrística y Escolástica. Por todo esto, no es de extrañar que nuestro santo
primer Obispo haya sido perseguido por la masonería que, se autodefine como “la anti-Iglesia”, y que, hasta haya
tenido que exiliarse en Buenos Aires durante casi un año, en pleno auge de su
tarea pastoral. Padeció el destierro en Buenos Aires desde el 8 de octubre de
1862 hasta el 23 de agosto de 1863. Admira y pasma, lectores, la actualidad de
algunas de sus frases escritas en la segunda mitad del siglo XIX.
Por lo demás, estos
extractos no son exhaustivos ya que, leyendo el proceso de canonización en
curso de Mons. Jacinto Vera –año 2012- nos enteramos que escribió otras cartas
pastorales además de las que, nosotros tuvimos acceso en la Facultad de
Teología del Uruguay (llamada Mons. Mariano Soler). Entre ellas hay una que,
nos parece de gran importancia ya que alude a las sociedades secretas –sus
mayores enemigas-. Se llama: “Carta pastoral sobre el ayuno, el espiritismo y
las sociedades secretas.” (24 de febrero de 1876). Dejamos que, otros
investigadores con más tiempo e influencias accedan y explayen las ciertamente
luminosas palabras de nuestro virtuoso primer Obispo sobre los temas que haya
tocado.
Hilario Atanasio
Montevideo
Mayo, 2019
Post Data de Marzo de
2023
Gracias a Dios y a su
Providencia hemos hallado la Carta pastoral del 21 de febrero de 1876 que, en
lo referente a las Sociedades Secretas publicamos ahora con el título:
“Monseñor Jacinto Vera y la Masonería”. Dejando para un futuro el publicar lo
referente a otros temas.
Monseñor
Jacinto Vera y la Masonería
Extracto de la
Carta Pastoral
del 21 de
febrero de 1876
“Sobre el
ayuno, el espiritismo y las sociedades secretas”
Coyuntura personal en la que escribe esta Carta Pastoral
Jacinto Vera escribe esta Carta Pastoral después de su participación
en el Concilio Vaticano I y antes de su nombramiento como obispo de Montevideo.
Es decir, en su calidad de Opispo de Megara in partibus infidelium,
cargo que poseía desde el 16 de julio de 1865. Desde esta fecha Jacinto Vera
dejó de ser Vicario Apostólico dependiente de la Diócesis de Buenos Aires – lo
era desde 1856 – y pasó a depender directamente de la Santa Sede ya que no
debía atender la Diócesis de Megara.
Vera, en calidad de Obispo de Megara fue convocado a tomar parte en el
Concilio Vaticano I (1869-1870). En el aula conciliar votó el dogma de la
infalibilidad del Sumo Pontífice.
Al crearse la Diócesis de Montevideo, que tenía como territorio todo
el Uruguay, Vera fue nombrado su primer Obispo en 1878. (En 1875 Uruguay
contaba con 450.000 habitantes y estaba en pleno crecimiento demográfico ya que
en 1900 contaba con UN MILLÓN de habitantes).
Vera escribió esta Carta Pastoral 5 años antes de su muerte, acaecida
el 6 de mayo de 1881.
Extracto de la presentación del Sacerdote jesuita Dr. Juan Villegas
Tomado
del librillo:
“Dos
cartas pastorales de Monseñor Jacinto Vera.
Montevideo,
21 de febrero de 1876 y 6 de febrero de 1877”
Editado
en Montevideo – 2005 – por el Centro de Estudios de Historia Americana (CEHA)
En la presentación general el Padre Villegas transcribe un pasaje de
un trabajo de la Profesora María Cristina Araújo Azarola intitulado: Monseñor
Jacinto Vera en sus Cartas Pastorales;
que reza así:
“Este Obispo enfrentó las ideologías que iban llegando al Plata, con
energía y resolución; descubrió sus sofismas y detectó el origen común y sus
manifestaciones concretas en el Uruguay.
Mons. Vera no se contentó con señalar los errores y refutarlos, sino
que buscó las causas de esa prédica disolvente. Las encontró en tres órdenes
diferentes pero complementarios.Ellos son: a) en el orden bíblico-religioso:
“el padre de la mentira”; b) en el orden filosófico: el movimiento racionalista
de la ilustración del siglo XIX; c) en el orden del quehacer cotidiano: la
libertad del hombre, quien a veces opta
por una aptitud de indiferencia, malicia, interés, mentira, o hacer oculta la
verdad; y otras veces, movido por la soberbia y por la ignorancia cae en la
apostasía,es decir, deserta del Cristianismo.”
Y más adelante el Padre Villegas continúa:
“En esta Carta Pastoral de 1876, Vera se sintió movido a alertar a los
fieles sobre dos grandes peligros de la época, el Espiritismo y la Masonería.
Porque él consideraba que causaban muchos males a la moral de los pueblos y
de la Santa Religión.
Con toda claridad advierte que el católico no podía participar de las
prácticas espiritistas ni tampoco podía ser masón.
Respecto a la Masonería, Vera recordaba las prohibiciones de los Sumos
Pontífices. Al mismo tiempo traía a la consideración de los fieles un interesante
conjunto de citas y de episodios sobre la Masonería.
Vera, que ya había acudido a Europa y a Tierra Santa, y que había
participado del Concilio Vaticano I poseyó una vasta información sobre estos
temas tratados en la Carta Pastoral de
1876. Además poseía información libresca, o bien porque trajo libros de Europa
o porque ya los podía comprar o consultar en Montevideo.
Una vertiente historiográfica uruguaya habla de una Iglesia que desde
Vera comenzó a cerrarse sobre sí misma y que formó un “gheto”. Por lo tanto una
Iglesia divorciada del mundo.
De ninguna manera. Estas cartas
pastorales de Vera señalan a las claras la capacidad de discernimiento de su autor y de su Iglesia
para detectar sus necesidades y las del mundo. Precisamente por su apertura
al mundo, Vera, el Buen Pastor de la Iglesia en el Uruguay, tuvo la capacidad
de advertir lo que pasaba en el mundo; analizarlo, y realizar sus
recomendaciones acertadas en beneficio de sus fieles. Por su acertado
diagnótico, Vera recorrió varias veces el país para evangelizarlo bien. ¡Otra
comprobación de sus acertados discernimientos y de su apertura a las realidades
y situaciones uruguayas!
Los otros obispos que le sucedieron fueron sus discípulos. La
evangelización tuvo sus éxitos. A tal punto, que los liberales finiseculares
organizaron un congreso, alarmados por los progresos de lo que llamaban
clericalismo. Consideraban que
constantemente avanzaba y avanzaba, situación que les pedía una respuesta.”
CARTA
PASTORAL DE 1876
PRESENTACIÓN
DEL PROPIO VERA
“Siempre y en todas partes la humanidad ha creído necesaria la
plegaria y los actos de expiación para satisfacer la justicia divina por los
pecados públicos y crímenes sociales. Y es tan racional esta práctica que en
los pueblos más civilizados de la antigüedad Menfis, Atenas, Grecia, Roma,
Nínive, Jerusalén, la fiesta de las expiaciones solemnes era una de sus
principales festividades.
Nuestra santa Religión que tiene sobre todas el privilegio de ser la
única Verdadera ha establecido
también en su altísima sabiduría esas públicas expiaciones, entre las cuales la
más solemne y tradicional es la santa Cuaresma, tiempo aceptable, de
propiciación y de penitencia, que la Iglesia llama sacratísimo, por ser una
santa imitación del ayuno del Redentor y una memoria perenne de su santísima
pasión y muerte.”
LAS
SOCIEDADES SECRETAS
“Pasamos ahora, fieles católicos, a hablar de las sociedades secretas,
para que los que tenéis la gloria y la dicha de profesaros fieles hijos de la
religión católica, no seáis tiranizados en vuestras conciencias por la
propaganda del error bajo apariencias de filantropía y mentida ilustración.
Y tanto más nos creemos en el deber de hacerlo, cuando para engañar
maliciosamente a los fieles, muchos masones aseveran serla Masonería un
sociedad meramente filantrópica, sin tener nada de hostil a la religión.
También se propala que la Masonería de estos países no es como la de Europa, enemiga
jurada de la Iglesia de Jesucristo, por eso haremos ver también que no
existe más que una sola Masonería universal, que profesa y propaga doctrinas y
errores anticatólicos e inmorales.
Y en verdad, fieles amados, sería ignorar
completamente qué es la Masonería el negar que tiene una doctrina, un fin,
un carácter universal. No hay una Masonería americana, ni española, ni
francesa, ni inglesa, ni alemana; hay simplemente una Masonería
idéntica en sus fines y doctrinas, dicen todos los ritos, y autores
masones como lo declaran los Hermanos Clavel, Ragon, Bazot, Brunswich y otros,
cuya autoridad es irrecusable en la materia.
Pues bien, la constitución de esta Orden o
Secta Universal tiene por fin, al decir de los documentos citados, conseguir
que los adeptos masones renuncien a toda religión positiva, como es la
católica, sustituyéndola con la religión natural, la moral independiente, el
rito puro, excento de toda superstición, esto es, de toda práctica
religiosa revelada o emanada de la autoridad de la Iglesia para abolir todo
lo que no sea natural. Y esto, fieles amados, ¿no es negar clara y
explícitamente el cristianismo, que todo es sobrenatural?
Si la religión masónica es el culto puro del
Arquitecto del Universo, culto en que ninguna mención se hace a Jesucristo, si
vemos que la Masonería niega a Nuestro Señor Jesucristo como Mediador necesario
de nuestra salvación y que su Religión santa y divina fundada en su divinidad
es una gravísima impostura. Y sin embargo, Jesucristo ha dicho y es dogma de
fe: Quien creyere y sea bautizado se salvará y quien no creyere será
condenado. ¿Y quién dirá verdad, fieles amados: la Masonería o el Hombre
Dios? Pues sabedlo bien, la Masonería tiene la audacia de proclamar contra la
palabra de Jesucristo que esto es fútil pues basta, según ella, la religión
natural, el culto del Supremo Arquitecto. Impostura, por tanto, la divinidad de
Jesucristo; impostura el augustísimo misterio de la Trinidad; impostura, la
Revelación; impostura la Redención; impostura, la misión de la Santa Iglesia;
impostura, el santo Sacrificio de la Misa, los santos Sacramentos; impostura,
en una palabra, la Religión católica. ¿No veis, cristianos, ultrajada por la
Masonería vuestras creencias divinas y vuestros dogmas fundamentales, nuestra
sublime y sacrosanta religión? ¿Y habrá aún quien afirme poder ser masón sin
renunciar a su dignidad y convicciones de católico, sin apostatar de su fe
divina y sobrenatural y sin degradarse hasta anteponer las doctrinas
arbritarias de sectarios tenebrosos a la
palabra de Dios y a la autoridad de la santa Iglesia?
MASONERÍA Y CATOLICISMO
Pero como a pesar de todo esto no
faltan personas cándidas, cuando no maliciosas que proclaman ser la Masonería una sociedad
inocente, oíd, fieles amados, las declaraciones explícitas de los escritores
clásicos de la Masonería y enterados de su secreto.
El Hermano Müller en su “Reforma religiosa”
dice: Un paganismo verdadero está más cerca de nosotros que un cristianismo
estrecho; nosotros confesamos que la Masonería ha ejercido una influencia poderosa,
“sobre la negación del catolicismo”. Y con más franqueza aún el Hermano
Hess afirmó: La Masonería no es una institución cristiana. Ni el famoso
Hermano Proudhon tuvo reparo en confesar que: La Masonería es la misma
“negación del elemento religioso”; espíritu que estamos viendo con dolor y
mengua de la ilustración introducirse en la enseñanza de la juventud oriental.
Y más explícitamente el célebre masón Wit, proclamando a sus Hermanos, decía: “Nuestra
felicidad nos impone la obligación de combatir al flagelo de la especie humana (=
el catolicismo) y sustituir el código sublime de la naturaleza (= la
religión natural).
Y como esto no bastase para evidenciar el
espíritu antireligioso de la Masonería, el libro auténtico de la Orden, el
“Manual de los Masones” lo proclama muy claramente: ¿Por qué, dice, en la
Masonería no se encuentra un sólo símbolo cristiano? ¿Por qué el compás, la
escuadra, el nivel? ¿Por qué el nombre de Cristo pronunciado ni una sola vez en
los juramentos masónicos? ¿Por qué no se ve figurar la cruz? Oídlo católicos y
grabadlo bien en la mente. Porque una Masonería cristiana sería una flagrante
contradicción, un círculo cuadrado.
No queda, pues, duda alguna que la Masonería es
una secta eminentemente anticatólica y enemiga de la Iglesia; que como el
Hermano Nuvius proclama a sus Hermanos: Es necesario dominar el mundo.
He aquí el fin real, el secreto jurado de la Masonería contra la Religión. Y
quien en presencia de autoridades y textos tan explícitos aún no lo crea es
porque quiere ser engañado.
Sin embargo, es sabido que la Masonería para
ocultar sus fines reales a los hombres honrados que repugnarían alistarse si
los conociesen, la astuta Orden ha organizado dos clases de Masonería que no
forman más que una sola con dos fases, la Masonería que se ve, celebra
sesiones, abre logias públicas y presentables, etc, y sirve para formar
reclutas de todas las clases sociales de las cuales se sacan después os que se
creen aptos para la Masonería oculta de las retrologias, que es la minoría y
posee los secretos de los fines reales y se ríe de la filantropía. Dice el
“Mundo ________” que de ocho millones de masones solo medio millón son los
activos, que trabajan por los fines reales pero secretos de la Masonería.
(NOTA NUESTRA: A la “Masonería que se
ve”también pertenecen los Clubes Rotary y Leones, que funcionan como logias
filantrópicas que son “vestíbulos”, “atrios”de la Masonería oculta de las
retrologias – FIN DE NUESTRA NOTA)
Por eso dice el Hermano Moedeff respecto de
los masones vulgares (que ignoran el secreto y entre los cuales se encuentran
los Gran Maestres y muchos Venerables).Nosotros tenemos entre los
hermanos muchos (siete millones y medio)
que no ven a donde van. Son religiosos por un sentimiento tradicional. No
debemos lidiar con este sentimiento, que es un fanatismo de infancia. Así
ganamos poco a poco, nuestros adeptos “que aman la devoción”. De ellos
pues, se forma la gran mayoría de los masones ilusos o Masonería externa, que
obedecen ciegamente sin saber los secretos y, entre los cuales, se cuentan
muchas personas de bien, que creen cándidamente ser la Masonería una sociedad
filantrópica, que prescinde de religión.
Que la Masonería oculte sus secretos al
público y a los masones externos, lo dice el famoso secretario Nubius: En la
imposibilidad en que se encuentran nuestros Hermanos, de decir su “último
pensamiento”, se ha juzgado útil propagar la luz… y con este pretexto afiliar a
nuestras logias toda clase de gente con tal que “domine el misterio”. Lo
habéis oído, fieles amados, es táctica de la Orden reclutar masones sin
descubrirles el misterio, que es guerra al catolicismo como lo hemos probado.
He aquí porqué para engañar al público la Masonería se proclama en sus
escritos, hechos de intento para el pueblo, filantrópica, inocente,
progresista, hasta religiosa, sin faltar blasfemos que hayan tenido el
atrevimiento de decir que el mismo Divino Redentor era masón reformador del
rito mosaico, que lo es su Vicario el inmortal Pío IX y otras calumnias,
que a fuerza de ser rídiculas, dejan de ser impías. Y como el clero se esfuerza
en desmentirlas, el Hermano Felipe aconsejaba a sus correligionarios: Mostrad
al pueblo los sacerdotes como sospechosos y pérfidos: el vulgo ha tenido
siempre una gran propensión por las calumnias: engañadlo porque ama ser
engañado “que es la Masonería del Hermano Voltaire “mentid siempre y mucho que
la mentira es útil cuando conduce a un fin”. Y desgraciadamente lo estamos
contemplando practicado por los diarios adeptos, que no cesan de proclamar la
libertad de decirlo todo e inventar las más negras calumnias contra los
sacerdotes, las órdenes religiosas, el Pontífice y la religión.
Está, pues, claro que el fin real o uno de
los fines reales de la Masonería es la destrucción del catolicismo, por
confesión propia, no de los masones vulgares, que ignoran a donde van, sino
de los que poseen el secreto y que dirigen desde las retrologias, la Masonería
externa. ¿Queréis aún, hijos amados de la Iglesia, ser masones? Sois libres
para el bien y para el mal, sois libres para apostatar. En vuestras manos está
seguir la ley de Nuestro Señor Jesucristo o esclavizaros en la tenebrosa
Sociedad, pero sabed que católico y francmasón es una flagrante
contradicción, un círculo cuadrado como os lo dice la misma Masonería en su
libro auténtico.
Pero vamos a decir más: ningún hombre de
cualquier religión que sea puede ser masón sin ultrajar la moral natural, pues
la Masonería es una institución esencialmente ilícita e inmoral.
No decimos por esto que todos los
masones sean inmorales pues hay muchos que lo son de buena fe por no conocer la
naturaleza de esta funesta Sociedad.
No es posible negarlo, la Masonería es una
sociedad secreta, es una sociedad que no se ve, sino que tiene secretos. Ahí
están, sino los rituales masónicos, sus estatutos generales, donde se exige el
iniciado en la Masonería juramentos de que guardará secreto o secretos que se le confiaron: a esto se llama sociedad
secreta. Y si acaso se olvida que la Masonería no es una sociedad secreta,
el Hermano Melag se encarga de sacar de la duda a los profanos: Formamos,
dice, una asociación de hermanos sobre todoslos puntos de la tierra... tenemos
votos e intereses comunes...queremos romper todo yugo excepto uno (el de la
Masonería)… de dónde viene y dónde está nadie lo sabe. La Asociación es
SECRETA aún para nosotros veteranos…
EL CATÓLICO NO PUEDE SER MASÓN
Ahora bien, fieles amados, ningún hombre puede
estar en asociaciones secretas como lo es la Masonería, porque viola las normas
fundamentales de prudencia, que aconsejan no empeñarse en una asociación, cuyos
fines reales ignora; ultraja las justas exigencias de la dignidad humana, que
prescribe no esclavizarnos a cumplir secretos que ignoramos, so pena de pasar
por refractarios de un fin desconocido; violenta los dictámenes de la recta
razón, que manda no se preste juramento de guardar secretos ignorados; y en una
palabra porque es irracional, indecoroso o inmoral comprometer la conciencia
ligándose con vínculos que no conocemos. Es una obediencia ciega sin ninguna
salvedad y, por tanto, degradante e inmoral.
Pero aún hay más. Esos juramentos terribles de
los candidatos masones, ¿no son inmorales también ante el tribunal de la recta
razón? Yo juro, dice el aprendiz masón, en nombre del Arquitecto de todos
los mundos no revelar jamás los secretos que me fueren confiados (he aquí
porqué el masón debe negar ante el público que la Masonería tiene secretos)… si
falto a mi palabra, continúa diciendo, me someto a la pena siguiente:
que se me quemen los labios… que se me arranque la lengua, que se me corte el
pescuezo, que mi cadáver sea suspendido en una logia… en castigo de mi
infidelidad. Y este juramento del aprendiz se renueva con mayores
crueldades e infamias en los demás grados de Maestre, de Caballero Rosa Cruz,
de Caballero Hadosh, etc., prometiendo siempre, bajo pena de muerte, no revelar
los secretos que se le confiaran, no a los profanos no a los mismos masones de
grado inferior. Así el Ritual masónico del Hermano Ragon.
Y como si esto no bastara, los estatutos
generales añaden de parte de la Orden: Los que no obedecieren a las órdenes
de la sociedad secreta o descubrieren sus misterios, morirán a puñaladas sin
remisión. ¡Filantrópica, humanitaria sociedad!
Ahora bien, la ley natural, divina y
humana, prohibe, al menos, atribuirse por propia autoridad la facultad de
matarse o ceder su vida, como juran los masones, o de matar a otro como hace la
Masonería, que se arroga la autoridad de asesinar a sus adeptos
refractarios, lo que es eminentemente inmoral, aún cuando supongamos que la
Masonería no haya mandado asesinar por su orden a ninguna persona.
Sí; el juramento prestado y exigido por la
Masonería es malo y reprobado en moral, nulo y de ningún valor por
consiguiente, sin que pueda ligar la conciencia de ningún ser racional.
Y es lícito por ser exigido por personas
incompetentes. ¿Quién dio a los Gran Maestres y Venerables de las logias
autoridad para pedir y exigir semejante juramento? ¿Lo exigirán acaso a nombre
del Estado? No son autoridad social o pública. ¿En nombre de la religión? No
son ministros de culto. ¿En nombre de la razón? Tampoco, porque es inmoral.
Luego son incompetentes.
Es lícito, además, por ser hecho en nombre del
Supremo Arquitecto, fábula masónica, y no en el de la Santísima Trinidad que es
el Dios único y verdadero.
Y es ilícito, finalmente, por su forma, que
ningún hombre con dignidad y conciencia puede proferir, como ya lo hemos
probado.
En verdad, exclama un erudito escritor, que es el último grado de humillación
y degradación que puede sufrir la dignidad de la naturaleza humana. Nada es la
esclavitud en comparación del estado de abyección a que se reduce un adepto de
la Masonería. El esclavo soporta su desgracia por la fuerza… y sabe al menos el
señor al que obedece… mas el adepto de
una logia se degrada por su capricho y se compromete a obedecer un desconocido
y en todo lo que se le manden bajo pena de perecer como refractario…
(Nota al pie de página del original cita la
obra pero no su autor: “La Masonería a la Luz de la Publicidad etc”, tomo 2)
Por eso exclamaba con razón el célebre Hermano
conocido con el pseudónimo de “Pequeño Tigre”: La vanidad de los hombres
vulgares en afiliarse a la Masonería es tan común y universal que podemos
siempre “admirar la estupidez humana”. ¡Y era masón el que esto
hablaba!…
VED, PUES Y CONSIDERAD, FIELES AMADOS, CUÁNTO
DOLOR NO CAUSARÁ A LA SANTA IGLESIA CONTEMPLAR A TANTOS DE SUS HIJOS ILUSOS
SUMERGIDOS EN LA TENEBROSA MASONERÍA, QUE POR EL SOLO HECHO DE JURAR SECRETO
MANIFIESTA NO TENER LAS DOCTRINAS SUBLIMES Y REGENADORAS DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO, PUES QUE EL GRANDE TESTIMONIO QUE NUESTRO DIVINO REDENTOR DIO A SU
DOCTRINA ES NO HABER SIDO OCULTA, PALAM LOCUTUS SUM (YO OS HE HABLADO
ABIERTAMENTE). Y DIJO A SUS APÓSTOLES: LO QUE OS DIJERE AL OÍDO,
PREDICADLO SOBRE LOS TECHOS.
¿Por ventura para hacer obras de
beneficiencia, para dar limosnas a lso desvalidos y viudas, fomentar la
educación del pueblo, el progreso y las luces, será preciso ser iniciado
sucesivamente en tantos grados místicos, como los llaman, llegando hasta
el 33 en el rito escosés? Si éste es su fin ¿por qué no cooperan a la Iglesia
católica, que sin libros secretos y sin juramentos horribles enseñó al mundo la
beneficencia y llevó la civilización a todos los pueblos, que hoy se cuentan
con gloria en el catálogo de las naciones civilizadas?… Es que el crimen
procura ocultarse y las tinieblas huyen la luz.
Además, la prudencia desconfía de una sociedad
que recluta prosélitos por medio de puro interés. Y ¿no es cierto que la
Masonería promete a sus adeptos, que por ella encontrarán fácil acceso a los
empleos, a los honores y al crédito; que serán tenidos por personas ilustradas,
liberales y superiores al vulgo fanático; que si cometiesen algún crimen,
ella los librará de la acción de la justicia y de los tribunales; que en sus
negocios tendrán mayor clientela y que si empobrecen serán socorridos? ¿y no es
esto reclutar adeptos lisonjeando la ambición, el interés, el orgullo y las
pasiones más torpes? ¿Cuándo la Iglesia ha hecho uso de medios semejantes para
su gloriosa propaganda?
Por tanto, FIELES AMADOS, CON HARTA Y SUMA
JUSTICIA LA IGLESIA CATÓLICA, POR MEDIO DE SUS PONTÍFICES HA FULMINADO LA
EXCOMUNIÓN CONTRA TODA LA MASONERÍA, SIN EXCEPCIÓN ALGUNA, COMO ANTIRELIGIOSA,
ILÍCITA E INMORAL. ¿Creéis, católicos, en la autoridad divina de Jesucristo?
Pues bien, Jesucristo en su Evangelio ha dicho formalmente: El que no
escucha la autoridad de la Iglesia, tenedlo por un publicano y un pagano, esto
es por separado de la comunión de los fieles, en lo cual consiste la
excomunión. Ahora bien, recordamos a todos los fieles que deseen permanecer en
el seno de la Iglesia católica que los Sumos Pontíces Clemente XIII (In
inminenti,28 de abril de 1738), Benedicto XIV (Porvidas, 16 de marzo
de 1751), Pío VII (Ecclesia, 31 de octubre de 1821), León XIII (Quanto
majora, 12 de marzo de 1825) y, últimamente en 1865, Pío IX han excomulgado
y separado de la Iglesia católica a todos y cualesquiera que ingresasen en la
Masonería quedando privados por tanto, de la comunión de los fieles y de los
sufragios, de la participación de los santos sacramentos y, si muere en tal
estado, sin derecho a sepultura eclesiástica, porque la Iglesia no los cuenta
en el número de sus hijos.
PALABRAS CONCLUSIVAS
Terminamos, fieles muy amados en el Señor,
ésta nuestra pastoral impartióndoos nuestra bendición y exhortándoos a que en
el precioso y aceptable tiempo cuaresmal cumpláis con especial eficacia los
sagrados deberes de cristianos; imploréis la misericordia del Altísimo en pro
de la Santa Iglesia y del Sumo Pontífice perseguido, por la Iglesia Oriental y
por la felicidad y paz duradera de Iglesia amada. Os encargamos especialmente la observancia
del santo ayuno que por tan graves causas está mandado en este tiempo de la
santa cuaresma como también el precepto pascual.
Mandamos así mismo a los señores sacerdotes
continuen diciendo la colecta pro Papa y la Salve al fin de la
santa Misa.
ORACIÓN A JACINTO VERA
PARA OBTENER GRACIAS POR SU INTERCESIÓN
(Publicada en Francia en la década de los ´90 del siglo XX)
(Traducción nuestra)
Oh Dios, nuestro Padre, que por la unción de
tu Espíritu Santo, hiciste que tu
servidor, monseñor Jacinto Vera y Durán, el primer obispo de Montevideo,
siguiendo las huellas de tu Hijo Jesucristo, el único Buen Pastor, anunciase
por todo el Uruguay el Evangelio de tu Amor y ahí asegurase los sacramentos de
la salvación: te damos gracias por el heroico testimonio que nos ha dado,
frente a tus enemigos, de la santidad de tu Iglesia. Dígnate, por la exaltación
de tu Nombre y para nuestro consuelo, elevar a tu servidor a la gloria de los
altares y concedernos, por la intercesión de aquel que no quiso vencer más
que por María, una fe inquebrantable, una esperanza invencible, una caridad
radiante, y, si es conforme a tu voluntad, la gracia ……………………… que humildemente te pedimos.
Padre Nuestro. Ave María. Gloria al Padre.
Fernando José Esmoris Isoleri
Pseudónimo:
Hilarius Athanasius Contra-Arrianos
Correo electrónico: fesmoris@ibi,ceibal.edu.uy
Publicado en las Vísperas del die
natalis
(día del nacimiento para el Cielo)
de Monseñor Jacinto Vera
5 de mayo de 2023